Sinopsis
Marcos y Lucio conviven en una casa de Banfield con quien creen es su prima, Ivana. Desde allí transmiten por radio estudios
En este contexto regresa de la ciudad un tercer hermano, Alejo, acompañado de una intrigante mujer
Proceso
Mattos elige como principal disparador de esta obra una sensación sobre el mundo, una sensación que quizás no se puede nombrar con precisión pero que sí se pude abordar desde preguntas: ¿Qué nos pasa? ¿Hacia donde vamos? ¿Estamos viviendo el fin de una era? ¿Qué ocurrirá después?.
Toma al género fántastico como estética tanto de la escritura como de la puesta y construye una historia: un padre inventor que decide mantenerse en la quietud como señal de protesta.Un hijo mayor capaz de todo con tal de ganarle al destino. Una hija no reconocida como tal que es utilizada como experimento. Un segundo hijo aparentemente castrado. Un tercer hijo, "el elegido", que se comporta como un fantasma. Proyectos cientifico sociales que se transmiten por radio. Y, en medio de esto, una espía rusa que viene en busca de una semilla revolucionaria en Sudamérica y cree que en la casa del inventor, ubicada en Banfield, encontrará la respuesta.
Este planteo principal y dos modelos referenciales e inspiradores para el autor: la tragedia griega y el teatro de Roberto Arlt constituyen una nueva forma, un experimento escnénico, un acto de arrojo.
La obra surge a partir del encuentro entre el autor, que también dirige y actúa, un segundo director dramaturgista y actores que componen los personajes e improvisan escenas sostenidas sobre una estrcutura dramática propuesta por el autor. Así, el texto funciona como disparador de un relato que se va tejiendo y enhebrando pero que no conoce durante el proceso el lugar de arribo y, de esta forma, va generando siempre nuevas lecturas, nuevas relaciones, nuevas rimas.
Algunas palabras del autor:
El tiempo que transcurre desde las primeras reuniones hasta el estreno es siempre un tiempo de crecimiento. Ese siempre está condicionado por la incomodidad. Si no hay incomodidad no hay acción, si no hay acción no hay movimiento, si no hay movimiento me quedo en mi casa buscando comodidad; como estoy vivo no la voy a encontrar, entonces vuelvo a ensayar.
Los primeros ensayos prometían, pero la promesa estaba lejos de lo que en ese momento podíamos entender. Con lo cual, había que encontrarse con el fracaso en varias oportunidades para estar a la altura de lo que íbamos a contar.
Algunos de los actores cuestionaban, percibían la incertidumbre y pedían respuestas que aún no teníamos. Debo confesar que tuve miedo en varias oportunidades. Tuve mucha suerte de trabajar con otro director que a su vez me ayudaba en el proceso de la dramaturgia. Eramos dos los perdidos hasta que aparecía un cauce posible.
Hoy creo que todos estamos contentos y lo sufrientemente locos para disfrutar y entregarnos al trabajo.
Durante el proceso de esta obra descubrí, entre otras cosas, que escribir teatro resulta ser lo contrario de lo que la palabra indica. Los personajes de Hybris se relacionan con el mundo global más que con el local; el mundo tan caótico y desesperanzador es el motor para que existan estos seres creadores de frases como “los pobres no sienten dolor”. No sienten el dolor del burgués “aclaro” que no pasa ni frío ni hambre, pero padece la existencia, padece no tener reconocimiento, padece la soledad, el amor, el miedo a la muerte.
Por otro lado, los antiguos paradigmas políticos: la dualidad “capitalismo-comunismo” dos términos ya obsoletos, ya mitológicos que forman parte de pensamiento formador de la cultura, aparecen en la obra como un meta lenguaje. “El comunista” de ficción que a su vez también es ficción en la realidad.
La obra no propone que el mundo deba ser entendido de otra manera, la obra se introduce en el género fantástico para poder nadar en él.
Acerca de los directores:
Claudio Mattos (Autor,director,actor)
Licenciada en Periodismo por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires, paralelamente completa sus estudios de actuación y dirección con Augusto Fernandes.
Actualmente estudia dramaturgia con Mauricio Kartun. Entre el 1997 y 2001 participa en diversas obras y proyectos como actriz y creadora de teatro independiente en Buenos Aires. Del 2002 al 2008 vive en Carolina del Norte (EEUU), Buenos Aires, Barcelona y Madrid donde continua su formación en artes performáticas y visuales, dramaturgia, entrenamiento actoral y dirección.
En el 2004 se suma al colectivo Xixicas y comienza a trabajar con Sofía Medici. Con el grupo desarrolla proyectos de teatro, performances e instalaciones en España, Argentina, Alemania, Estados Unidos, Polonia y la República Checa.
En Madrid incursiona en el teatro social y junto al dramaturgo Marco Canale crea el Grupo Teatreras, integrado por mujeres inmigrantes residentes del barrio de Arganzuela allí dirige la obra “Mujeres Andando”, seleccionada para participar del XIII Festival Internacional de Teatro Madrid Sur.